La Misericordia tiene un rostro joven



El día ha sido literalmente una lluvia de bendiciones, la presencia de los jóvenes, Cracovia, el Papa Francisco y este bello encuentro que hace coincidir todo en la “Ceremonia de acogida de los jóvenes” en el parque Jordán en Błonia.

Ha comenzando saludando a los jóvenes y cuestionando sobre si las cosas pueden cambiar para ser mejores. “Cuando Jesús toca el corazón de un joven, de una joven, este es capaz de actos verdaderamente grandiosos. Es un regalo del cielo poder verlos a muchos de ustedes que, con sus cuestionamientos, buscan hacer que las cosas sean diferentes. La Iglesia hoy los mira y quiere aprender de ustedes, para renovar su confianza en que la Misericordia del Padre tiene rostro siempre joven y no deja de invitarnos a ser parte de su Reino. Conociendo la pasión que ustedes le ponen a la misión, me animo a repetir: la misericordia siempre tiene rostro joven”.

Además agregó: “Porque un corazón misericordioso se anima a salir de su comodidad; un corazón misericordioso sabe ir al encuentro de los demás, logra abrazar a todos. Un corazón misericordioso sabe ser refugio para los que nunca tuvieron casa o la han perdido, sabe construir hogar y familia para aquellos que han tenido que emigrar, sabe de ternura y compasión. Un corazón misericordioso, sabe compartir el pan con el que tiene hambre, un corazón misericordioso se abre para recibir al prófugo y al migrante. Decir misericordia junto a ustedes, es decir oportunidad, decir mañana, compromiso, confianza, apertura, hospitalidad, compasión, sueños”.

Quiero decirles algo, -continuó diciendo-, que he aprendido este año. Me duele encontrar a jóvenes que parecen pensionado antes de tiempo. Que han tirado la toalla antes de empezar la batalla, que caminan con la cara triste como si la vida no tuviera valor. Aburridos y que aburren a otros. Cuestiona ver cómo hay jóvenes que pierden hermosos años de su vida y sus energías corriendo detrás de vendedores de falsas ilusiones (en mi tierra natal diríamos «vendedores de humo»), que les roban lo mejor de ustedes mismos”.

Estoy seguro que entre ustedes no hay jóvenes como los que he mencionado, -ha dicho el Papa y ha lanzado esta preguntas- ¿Quieren para sus vidas ese vértigo alienante o quieren sentir esa fuerza que los haga sentirse vivos, plenos? ¿Vértigo alienante o fuerza de la gracia? Para ser plenos, para tener fuerza renovada, hay una respuesta; no es una cosa, no es un objeto, es una persona y está viva, se llama Jesucristo que no se puede comprar, que no se vende en negocios sino que es un don, un regalo del Padre. Es el mismo que nos invita a levantarnos cuando estamos caídos, a no permanecer caídos… nos extiende siempre su mano para ofrecernos su ayuda y nos impulsa a levantar la mirada y a soñar alto.

Continuó diciendo: “En el Evangelio hemos escuchado que Jesús, mientras se dirige a Jerusalén, se detiene en una casa - la de Marta, María y Lázaro - que lo acoge. De camino, entra en su casa para estar con ellos; las dos mujeres reciben al que saben que es capaz de conmoverse. Las múltiples ocupaciones nos hacen ser como Marta: activos, dispersos, constantemente yendo de acá para allá...; pero también solemos ser como María: ante un buen paisaje, o un video que nos manda un amigo al móvil, nos quedamos pensativos, en escucha”.

Para finalizar su emotivo mensaje el Santo Padre ha dicho: “Y quien acoge a Jesús, aprende a amar como Jesús. Entonces él nos pregunta si queremos una vida plena: ¿Quieres una vida plena? Empieza por dejarte conmover. Porque la felicidad germina y aflora en la misericordia: esa es su respuesta, esa es su invitación, su desafío, su aventura: la misericordia. Queremos decir que la vida es plena cuando se vive desde la misericordia, la mas dulce y la parte que jamás se nos quitará. Amén”.


Padre Gabriel Álvarez